Los sindicatos CCOO y UGT falsean sus datos al incluir 180.000 afiliados fantasma
Los dos principales sindicatos españoles incluyen en sus cifras de afiliados más de 180.000 cotizantes que, en realidad, no abonan sus cuotas. Hasta ahora en el ámbito laboral se sospechaba que las formaciones que dirigen Ignacio Fernández Toxo y Josep María Álvarez maquillaban el volumen de asociados para ganar legitimidad ante la opinión pública cuando montan huelgas o hacen manifestaciones, pero las estadísticas de la Agencia Tributaria, a las que ha tenido acceso OKDIARIO hacen que la tesis se convierta en hecho.
En la última Campaña de la Renta, correspondiente al ejercicio 2014, un total de 1.816.077 personas declararon a Hacienda haber pagado sus cuotas sindicales (para poder acceder a la correspondiente deducción fiscal). Sin embargo, las cifras oficiales publicadas por CCOO y UGT indicaban que el volumen era de 1.999.000. Esto supone que hay 182.923 afiliados fantasma que los sindicatos dicen que existen y que pagan sus cuotas, pero que la Agencia Tributaria sabe que no hacen frente a sus obligaciones como asociados.
“Siempre se ha sabido que los dos principales sindicatos maquillaban sus cifras de afiliados para parecer que tenían más representatividad de la real, ocultando que muchos afiliados dejan de pagar sus cuotas. Tanto en CCOO como en UGT muchas veces no se les da de baja para que sigan apareciendo como afiliados, aunque no son reales”, explica una fuente sindical a OKDIARIO. Y la cifra puede ser superior a los citados 182.923, ya que en la estadística de declarantes se incluyen los afiliados de otras organizaciones sindicales, como USO, CSIF y otras formaciones con muchos menos asociados en comparación con CCOO y UGT.
La vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas ha indicado a OKDIARIO que la diferencia entre los ciudadanos que declaran a Hacienda pagar cuotas sindicales y las cifras oficiales que aportan las centrales sindicales se explica porque no todos los afiliados tienen la obligación de presentar la declaración de la Renta y que muchos de ellos desconocen que existe esta deducción. Además, apunta que hay más organizaciones sindicales y que los citados afiliados fantasma no son tales.
Los sindicatos sólo representan a uno de cada diez trabajadores
Una vez retirado el maquillaje estadístico, los 1,8 millones de afiliados que pagan sus cuotas sindicales representan un 10,3% del volumen total de trabajadores que están dados de alta en la Seguridad Social. Es decir, que tan sólo uno de cada diez empleados españoles pertenece a un sindicato. Esta cifra queda muy lejos del porcentaje del 15% o del 20% que suelen publicitar los responsables de CCOO y UGT para justificar su posición a la hora de negociar con el sector público y las empresas.
Todo ello se enmarca en un proceso de descrédito de las principales organizaciones sindicales, que se han visto salpicadas por casos de corrupción y por la eterna sospecha de su financiación irregular a través de partidas de dinero público, como la destinada a la formación de trabajadores y parados. De hecho, el Ministerio de Empleo ha decidido excluir a CCOO y UGT de la gestión de los fondos, junto con la patronal CEOE, y a partir de ahora será más importante que nunca que los ingresos provengan de sus afiliados.
Los negocios de los sindicatos para obtener fondos, aparte de las subvenciones y de las cuotas de los asociados, son de lo más variopintos. Por ejemplo, CCOO y UGT participan en la gestión del Fondo de Pensiones de la Administración General del Estado, creado para garantizar la jubilación de los empleados públicos y que les ha generado unos ingresos de 1.854.130 euros en los dos últimos años en comisiones.
Ambos sindicatos se han llevado estos ingresos por su gestión, a pesar de que las aportaciones fueron congeladas en 2012 dentro del plan de contención del coste laboral de los empleados públicos. El fondo invierte en Bolsa y destina una parte del dinero a productos de alto riesgo. Las comisiones salen del patrimonio del fondo, es decir, de las pensiones futuras de los funcionarios.
No es el único negocio financiero de CCOO y UGT. Ambas organizaciones obtienen jugosos dividendos de su participación en los planes de pensiones privados de Telefónica y Argentaria (hoy BBVA) que fueron heredados tras la privatización de ambas compañías. Así, poseen parte de Gestión de Previsión y Pensiones (BBVA) y de Fonditel (Telefónica), gestoras que están entre las diez mayores del mercado español. Además, UGT participa en el negocio asegurador a través de Atlantis.
A todo ello se suma el dinero que ingresan cada vez que se produce un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), embolsándose hasta un 10% del coste por despido, según ha publicado el diario El Economista. El dinero lo cobran a través de sus asesorías jurídicas, que cobran un porcentaje sobre las indemnizaciones que reciben los empleados que son despedidos a través de un ERE.